Para ello dime el nombre de una ciudad, tan solo uno, que al oírlo, te haga pensar en el amor.
+Pues...París.
-Bien, y ahora, un lugar de Parirrta, el lugar perfecto donde pasar el tiempo con alguien,
+No sé, la Torre Eiffel por ejemplo.
-Pues ahora, o único que necesitamos es echarle imaginación.
Imagínate París, un día de otoño. Es medianoche. Dos extraños caminan con paso ligero en dirección a la torre. Ni se miran, parece que su máxima preocupación es llegar allí. Y una vez que llegan, suben cautelosos, colándose entre las barreras y las puertas, sin ser vistos, arriesgándolo todo. Tan solo sus sombras se reflejan en el suelo.
Y llegan arriba. Hace algo de frío, pero no corre ni la mas mínima gota de aire.
Y los dos extraños se asoman, divisando la mas maravillosa de las Parises, de noche, iluminada. La ciudad perfecta. Se abrazan, fuerte y con ganas, pensando que nadie sería capaz de separarles jamás. Se besan bajo aquel cielo parisino, con ternura, pasión y amor, mucho amor... El la acaricia el pelo. Ella sonríe de medio lado, enamorada.
Y se prometen la luna, las estrellas... Toda una vida el uno con el otro, sin importar lo demás. Y sobre todo son felices, nadie se imagina cuanto...
+ Todo eso me parece muy bonito, pero,¿qué tiene que ver con un mundo ideal y perfecto?
-Es sencillo. Ahora imagínate que esos dos extraños no lo son tanto. Esos dos
Entonces sí que ese convierte en un mundo ideal, NUESTRO mundo ideal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario